Odisea de un Viaje 3ª parte.

Final de la Odisea un poco Picante
·3 ª y ultima parte

Pensamos dormir en la Cabina pero fue inútil.
Durante el dia el Sol había calentado y en la noche bajo muy poco, allí no había quien cerrara un ojo, viendo que donde se movía un poco de aire era en lo alto de la carga, en los sacos, no lo pensamos dos veces y los dos subimos y allí nos quedamos “frito” cansado de todo el dia de ajetreo.
Poco duro la tranquilidad, en cuanto pasaron unas horas no se podía dormir ni uno ni el otro, todo era dar vueltas hasta que llega el tabernero al ser de dia, cuando encendió la luz que entramos en el bar nos quedamos asustados, teníamos el cuerpo lleno de ronchas coloradas como el sarampión, este buen hombre del quiosco dijo eso es de las habas (este grano cuando es viejo cría un pequeño gusano que no se ve pero suelta un polvillo fino el cual saca fuera con las patas traseras que pica mas que una legión de pulgas)
Para las ronchas y el picor este hombre nos dio un litro de vinagre y un paño, como era temprano nos quitamos la ropa en el cuarto de aseo y con unas cuantas de friegas fue aflojando dicho sufrimiento inesperado.
Cuando llega el corredor con el dueño, no dijimos nada de lo ocurrido por miedo de que no le gustara él genero, descargamos y después de cobrar, regresamos a casa. Cuando llegamos al pueblo buscamos rápido él medico, nos mando varias cosas y un ungüento, que aliviara el picor y las ronchas.
Felizmente todo quedo en el susto y aprendiendo una lección que después de haber pasado 55 años, no se ha olvidado ni lo bueno ni lo malo.

Faustino Jiménez Julio 2010