VIAJES CULTURALES

Enero 2009

Con motivos de un viaje organizado, para los Mayores de Encinasola a las minas de Rió Tinto y el regreso por Aracena visitando la Gruta de las Maravillas, en un autocar de viajeros, con todas las comodidades.
Comentamos con algunos compañeros de viaje que el recorrido fue estupendo y recordamos, entre varios de la misma edad que hace alrededor de 60 años, en el pueblo no sabemos exactamente quien fue el promotor pero el pueblo se volcó a visitar la Gruta de las Maravillas.

Por aquellas fechas el vehículo que tenia mi padre para el transporte un DODGE bastante antiguo, era un camión que para viajeros no-tenia comodidades ningunas pero iban y venían y nadie se quejaba, con tres filas de sillas fuertes, de la fabrica de madera de Los Valles de Don Juan Talero, con asientos de anea, eran cogidas con unas tiras de madera por la parte trasera y sujetas al lateral de la carrocería.
El personal estaba apuntado en una lista de una semana para otra, y el Domingo por la mañana era la salida y entre cantos y alegría directo a Aracena, donde se visitaba primero la Gruta, después un paseo y compras de recuerdos en los alrededores de la puerta.

El regreso normalmente era por el pueblo de Alaja, visitando la Ermita de la Virgen La reina de los Angeles y en la Peña la cueva de Arias Montano, el almuerzo era cada uno de su mochila, (o sea de lo que cada uno llevaba de casa) en aquel llano de la famosa fuente, de que todo el que bebe su agua pronto se casaba, no se sabe si era verdad o no, pero todos y todas bebían sus cristalinas aguas.
El regreso por la tarde era seguidamente y directo al pueblo, procurando llegar temprano al pueblo por si en el camino surgía alguna avería en el camión, que sobrara tiempo para solucionarlo.
Con este sistema poco tiempo duraron los viajes a la gruta, en años siguientes los taxis fueron haciendo el mismo recorrido con mas comodidad y mas rapidez.
Faustino Jiménez.