
20 – 1 - 2008
El método mas conocido y mas sencillo creo que era el secado al sol de los alimentos, prueba de ello es que hoy se ven ciertos productos que serian copiados de aquellos tiempos con modernas técnicas pero con aquellos principios. Esto lo dicen de la mojama, que es una cecina del atún y del jamón, el mejor producto del cerdo, el cual sigue casi los mismos sistemas, que sabe Dios desde cuando se utilizaran, como las sardinas arenque o los higos pasaos o las castañas pilongas…, en fin serian muchos mas productos que no entrarían en un folio.
Pero el hombre nunca ha dejado de estudiar y romperse el “coco” con avances insospechados para la conservación de los productos comestibles, llegando a descubrir cosas que son microscópicas.
En nuestro pueblo, no fue el primero y tampoco hemos sido de los últimos, hubo fechas que tenían que venir de fuera las barras de hielo. Un buen comerciante conocido de Encinasola, nuestro amigo Pedro Revuelto, montó una fabrica de hielo en su casa, de la cual se servían los que necesitaban este producto, con los contras que tenia la escased del agua, la luz cuando estabas mas tranquilo se marchaba, algunas veces horas y horas, con el consiguiente desastre de que se derretía el hielo que estuviera hecho, siendo imposible atender a los clientes que esperaban este buen refrigerante para la conservación de los alimentos; fueron tiempos de mucho trabajo y sofocones.
En aquellos tiempos lo que se llevaban eran las neveras de hielo. Poco se puede decir de aquellas cajas muy bien forradas de aislante, pero no fueron la completa solución para la conservación de los alimentos.
Al fabricar los motores compresores en un mueble con radiador de enfriar, cambió el sistema del frío; las barras de hielo entraron en el olvido, pero los de frigoríficos y los congeladores se dispararon las ventas, la mayor parte para los alimentos de las cocinas de casa.
El descubrimiento fue enorme, prueba de ello es que hoy se necesita para todo, sin frío no se puede concebir las distintas clases de instalaciones industriales para la conservación de infinidad de productos y procesos de congelados existentes.
¿Pero dónde llegaremos? eso el que lo vea lo contará.
Yo he contado una pequeña parte de lo que he vivido.
Faustino Jiménez
Faustino cuantas veces fui a comprar el hielo yo, para tu suegro Leandro, me parece que era a casa Revuelto o por alli, lo traia en un saco y lo venia chupando todo el camino.
ResponderEliminarDespues iva a comprarle el vino al Tablón, y le decia " un cuarto litro de vino blanco solera de la nevera". siempre igual...
Faustino yo no recuerdo de tener hielo en casa de mis padres, si que recuerdo que existía, pero yo se que mi madre cogida y compraba la carne o mataba un gallo o un chivo y lo refreía, y lo echaba en una orza chica y lo iba sacando para hacer las comidas,o comprar las sardinas y asarlas y meterlas en aceite y vinagre y así se conservaban unos pocos de dias,que tiempos aquellos,yo digo que si nuestros abuelos levantara la cabeza, se volvían a morir del susto,
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