Roca-Amador
Años después de la segunda guerra mundial, cuando teníamos poco mas de doce añitos, el dia de la fiesta de Ntra. Sra. De Roca-Amador era una fecha esperada y deseada.
Ese dia el trabajo se terminaba a las 10 de la mañana y rápidamente era pasado por el baño y “ encorbatado “ subiendo “embalado” la calle hasta la Iglesia para escuchar la misa.
Este era el principio de la esperada fiesta anual que se celebraba con recogimiento y se disfrutaba sanamente entre amigos y amigas.
Una vez terminada la misa, nos reuníamos en la plaza donde la banda del ayuntamiento nos deleitaba con su repertorio musical, mientras entre paseo y paseo mirabas las amigas que te gustaban para cuando terminaba la música de tocar, era el momento de salir a pasear.
El paseo era por la carretera de La Nava pasando por la fuente del Pilar y subiendo hasta el puerto del Olivo y vuelta para atrás, cuando pasabas por el huerto de la “Cobija” comprabas según amigos y amigas que fuera el grupo, dos o tres lechugas muy ricas que tenían sembradas, bien lavadas en la fuente y caminando hoja a hoja se repartían entre todos.
Otras veces el paseo era a la Ermita que en algunas ocasiones marchaba la banda de música y los jóvenes le acompañaban.
Hoy en dia son otras costumbres, ni mejores ni peores son distintas, en aquel tiempo cada uno también hacia lo que podía.
Faustino Jiménez 10/9/2010
Años después de la segunda guerra mundial, cuando teníamos poco mas de doce añitos, el dia de la fiesta de Ntra. Sra. De Roca-Amador era una fecha esperada y deseada.
Ese dia el trabajo se terminaba a las 10 de la mañana y rápidamente era pasado por el baño y “ encorbatado “ subiendo “embalado” la calle hasta la Iglesia para escuchar la misa.
Este era el principio de la esperada fiesta anual que se celebraba con recogimiento y se disfrutaba sanamente entre amigos y amigas.
Una vez terminada la misa, nos reuníamos en la plaza donde la banda del ayuntamiento nos deleitaba con su repertorio musical, mientras entre paseo y paseo mirabas las amigas que te gustaban para cuando terminaba la música de tocar, era el momento de salir a pasear.
El paseo era por la carretera de La Nava pasando por la fuente del Pilar y subiendo hasta el puerto del Olivo y vuelta para atrás, cuando pasabas por el huerto de la “Cobija” comprabas según amigos y amigas que fuera el grupo, dos o tres lechugas muy ricas que tenían sembradas, bien lavadas en la fuente y caminando hoja a hoja se repartían entre todos.
Otras veces el paseo era a la Ermita que en algunas ocasiones marchaba la banda de música y los jóvenes le acompañaban.
Hoy en dia son otras costumbres, ni mejores ni peores son distintas, en aquel tiempo cada uno también hacia lo que podía.
Faustino Jiménez 10/9/2010
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