Por motivo de mi oficio, fueron muchos años de mi trabajo en la compra y venta de carbón, donde hemos conocido muchas vicisitudes a lo largo de una vida.
Circulaban los años 50 próximos a los 1960, donde con la llegada del petróleo para las cocinas, hizo balancear las ventas de nuestros productos en el mercado Sevillano, que era el principal punto de ventas, por donde se regían las demás capitales Andaluzas, pero fue superado al faltar él liquido en las refinerías y volvió a ser necesario el carbón vegetal.
Buscando una peseta, nos desplazamos a la parte de Badajoz y Cáceres a la compra de genero negro, un punto muy bueno fue La Roca, otro Plasencia, Coria de Cáceres etc. etc.
Uno que cargamos muchas veces era Cañaveral de Cáceres, en la Estación del ferrocarril había varios almacenes con carbón y seguido de estos una gran Posada, donde era la parada de todos los viajeros que pasaban por el lugar.
Uno de los viajes, llegamos tarde para cargar y había que quedarse para la carga de mañana, una vez avisado al posadero pasamos a la ducha, donde la luz era escasa en toda la casa, con una bombilla se alumbraba el comedor, donde en una mesa grande servia para comer varios comensales.
El posadero y la señora estaban en el pueblo y se quedaron las hijas para servir la cena, ( dos jóvenes veinteañera) cuando llego la hora nos sentamos y en la misma mesa llegaron varios clientes mas, entre ellos un recovero un poco pasado de kilos, cogió una silla fue a sentarse en la mesa donde fallo el asiento y rodó por el suelo, ¡ hay la que se “armo” ¡ primero el susto, después un golpe de risa de la muchachas que no eran capaz de servir la mesa, de vergüenza que pasaron se escondieron y tuvimos que esperar que llegaran los padres para poder comer.
Terminado el gracioso incidente, pasamos a descansar para la carga del siguiente dia y una vez cargado volver a casa.
Faustino Jiménez Octubre 2010
Jajajaja :)
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