
8/1/ 07
Allá por los años cincuenta, unos de los trabajos mas esperados en general en el pueblo era el “apañijo” y la molienda de las aceitunas, sacarle el aceite y el alpechín el resto era una masa exprimida de huesos y piel llamada orujo, el cual cargado en camiones era llevado a una de las varias extractora que compraban este material, para sacarle un nuevo aceite no acto para el consumo humano.
Esta masa cuando estaba de dos ó tres días se cargaba bien, con las palas y las espuertas con hombres a la cabeza asta el camión, pero cuando se asentaba de muchos días se endurecía, teniendo que picar con varias herramientas especiales, ya podía hacer todo el frío que hiciera que cargando tenias que estar arremangado y sudando.
Se cargaba cuando lo combinaba el dueño del molino, pero a nosotros la carga del camión nos interesaba por la mañana, la cual duraba de dos á tres horas y a media carga hacíamos un descanso, compraba dos panes grandes del pueblo los partía en rodajas y en la candela grandísima que tenían todos los molinos eran tostadas, y acto seguido al barreño de aceite que se empapara bien, luego cada uno se comía las que quería no había tope.
Por aquellas fechas alrededor de los camiones, había casi siempre cuatro ó seis hombres trabajando entre el carbón y la carga de orujo.
Y a este fatigoso trabajo todos intentábamos no faltar, porque tenia su recompensa, podía citar muchos nombres como, Estimado, García, Terencio, Papi, José, Manolo, Antonio, Luis, etc. etc. todos buenos cargadores y buenas personas.
Con el cierre de los molinos se ha perdido muchos puestos de trabajo que estaban en el pueblo y ya no están.
Allá por los años cincuenta, unos de los trabajos mas esperados en general en el pueblo era el “apañijo” y la molienda de las aceitunas, sacarle el aceite y el alpechín el resto era una masa exprimida de huesos y piel llamada orujo, el cual cargado en camiones era llevado a una de las varias extractora que compraban este material, para sacarle un nuevo aceite no acto para el consumo humano.
Esta masa cuando estaba de dos ó tres días se cargaba bien, con las palas y las espuertas con hombres a la cabeza asta el camión, pero cuando se asentaba de muchos días se endurecía, teniendo que picar con varias herramientas especiales, ya podía hacer todo el frío que hiciera que cargando tenias que estar arremangado y sudando.
Se cargaba cuando lo combinaba el dueño del molino, pero a nosotros la carga del camión nos interesaba por la mañana, la cual duraba de dos á tres horas y a media carga hacíamos un descanso, compraba dos panes grandes del pueblo los partía en rodajas y en la candela grandísima que tenían todos los molinos eran tostadas, y acto seguido al barreño de aceite que se empapara bien, luego cada uno se comía las que quería no había tope.
Por aquellas fechas alrededor de los camiones, había casi siempre cuatro ó seis hombres trabajando entre el carbón y la carga de orujo.
Y a este fatigoso trabajo todos intentábamos no faltar, porque tenia su recompensa, podía citar muchos nombres como, Estimado, García, Terencio, Papi, José, Manolo, Antonio, Luis, etc. etc. todos buenos cargadores y buenas personas.
Con el cierre de los molinos se ha perdido muchos puestos de trabajo que estaban en el pueblo y ya no están.
Saludos .
Faustino Jiménez
Faustino Jiménez
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